Cuando pensamos en la comunidad autónoma de La Rioja, enseguida la relacionamos con un producto: el vino. El vino se ha convertido en seña de identidad de la región. Y gracias al auge del enoturismo que vivimos en los últimos años en España, el vino se ha convertido también en uno de los principales motivos para visitar La Rioja, la tierra de vino por excelencia dentro de nuestro país. Pero, si bien el vino es una maravillosa excusa para visitar La Rioja, no es la única.
El turismo rural, la naturaleza, el gran legado arquitectónico… Los reclamos que hacen que cada vez más visitantes elijan La Rioja como destino turístico son interminables. Y quizá uno de los más especiales y desconocidos son los dinosaurios. Hace más de cien millones de años estos fascinantes reptiles campaban a sus anchas por los paisajes riojanos. En la ruta de los dinosaurios de La Rioja podemos conocer a los especímenes que habitaban la región, cómo era su día a día e incluso podremos contemplar sus restos fósiles y sus huellas.
Vino y dinosaurios. Un peculiar y único maridaje que convierte a La Rioja en un destino ideal para disfrutar en familia, de donde niños y mayores se llevarán un recuerdo inolvidable.
HUELLAS DE DINOSAURIOS
Varias son las localidades riojanas que cuentan con restos dejados por los dinosaurios. En tierras de Munilla, Arnedillo, Cornego e Igea pueden encontrarse diferentes yacimientos en los que observar las famosas icnitas fosilizadas, auténticas huellas de dinosaurios marcadas sobre la roca.
Autor: Jynus
Autor: Jynus
LA SENDA DE LOS DINOSAURIOS DE ENCISO
Pero de todas las rutas posibles, quizá la más conocida e imprescindible sea la Senda de los dinosaurios de Enciso. Se trata de una marcha de aproximadamente seis kilómetros en las que podemos encontrar algunos de los restos de dinosaurios mejor conservados de toda Europa. Partiendo de Enciso, localidad que da nombre a la ruta, recorre el valle del río Cidacos haciendo paso por tres de los yacimientos de icnitas más importantes de La Rioja: el Yacimiento de la Virgen del Campo; el Yacimiento de La Senoba y el Yacimiento de Valdecillo.
Icnitas en Enciso. Autor: Txo
Gran parte de la ruta puede hacerse en coche, hasta el tramo final que llega al Yacimiento de Valdecillo. Esta parte del recorrido deberá hacerse a pie. No obstante, se trata de una senda bastante fácil de trazar y es apta para toda la familia. Además, el camino cuenta con una buena señalización, así como con soportes informativos sobre los yacimientos y maquetas didácticas. Las zonas de ocio tematizadas son otros de los atractivos que harán las delicias de los más pequeños a lo largo de la ruta.
EL BARRANCO PERDIDO
Y, si después de esta ruta queremos ampliar nuestra experiencia y saber más sobre los dinosaurios que habitaron La Rioja, no podemos dejar de visitar El Barranco Perdido.Se trata de un parque de “paleoaventura” situado en la misma localidad de Enciso, que con el buen tiempo abre sus puertas desde abril a octubre. El Barranco Perdido cuenta con museo, circuito multiaventura, talleres y hasta una “playa cretácica”. Todo ello, cómo no, ambientado en aquella tierra riojana primitiva que fuese hogar de dinosaurios.
Y como una visita a La Rioja no puede dejar de lado el mundo del vino, qué mejor que acercarnos al centenario municipio de Briones para visitar el Museo Vivanco de la Cultura del Vino. Un rincón único en el mundo donde podemos contemplar un esbozo de todo lo que ha supuesto un producto como el vino para la cultura de la humanidad. Y aquí, una vez más, los más pequeños pueden imaginar, disfrutar y aprender en los talleres Kids organizados por la Fundación Vivanco. Sin duda alguna, un punto de paso ineludible en cualquier visita a La Rioja que quedará en el recuerdo de los más pequeños, mientras los mayores disfrutan como niños.
Una belleza este artículo, di con él investigando el tema que leí en el libro de Garcés Blázquez. 🙂