Compartir y beber vino con un oso, un ciervo, un toro o un camello, es posible. Veamos por qué.
Si eres aficionado a la arqueología, seguro que habrás tenido la ocasión de observar con detalle, en algún museo, vasijas de la Grecia clásica. Probablemente te habrás fijado en que muchas están decoradas con escenas dionisiacas en las que los protagonistas portan una especie de cornucopias de las que mana líquido, o de las cuales beben directamente: son los ritones.
Estos curiosos recipientes en forma de cuerno o de cabeza de animal, de gran belleza estética, eran utilizados en la Antigüedad para beber vino, en ritos funerarios y para realizar ofrendas a los dioses. En concreto se empleaban en las libaciones, que era el ritual de derramar líquido sobre el altar o en una especie de plato, el fiale o pátera, en el transcurso de una ceremonia religiosa, de un simposio o banquete, o de un acto solemne. Algunas fuentes sostienen que los ritones podrían formar parte de los ajuares funerarios.
Estos objetos presentan una amplia boca en la parte superior; un pequeño orificio en la parte inferior, por donde fluía el líquido, que se cerraba y abría con los dedos; y, a los lados, una o dos asas. Dependiendo del tipo de rito, contenía leche, vino puro o mezclado con agua y miel, aunque en su origen se utilizaba la sangre de animales sacrificados en honor a los dioses.
¿De dónde vienen los ritones?
Originarios de Persia, donde se fabricaban con metales preciosos y piedras, su uso se extendió en Grecia a partir del siglo V antes de Cristo, al concluir las Guerras Médicas entre el Imperio Persa y las ciudades-estado helénicas.
En lugar de metal, los griegos utilizaron un material más modesto para modelarlos: la arcilla. El resultado era especialmente interesante cuando representaban cabezas de fieras (y no tan fieras): osos, jabalíes, perros, camellos, ciervos, terneros, toros… Esta última forma nos da una pista sobre su posible uso en ritos funerarios vinculados al culto a Dioniso. Recordemos que el toro era uno de los símbolos del dios griego del vino. En la libación el propio Dioniso, encarnado en el vino, se ofrecía a los demás dioses. Parece lógico pensar que un ritón con motivos taurinos, estuviera destinado a evocar a esta deidad.
Hacia el siglo IV antes de Cristo encontramos ritones decorados con escenas abiertamente sexuales. Un tema habitual en la característica cerámica griega de figuras rojas es el de los sátiros, criaturas mitológicas que formaban parte del cortejo de Dioniso. Representados con cuernos y extremidades inferiores de macho cabrío, eran tan aficionados a las borracheras como a las orgías. Así que en muchas de estas piezas, estos sátiros aparecen retratados entre ritones y penes erectos.
En la actualidad…
Gracias a los museos, y a los coleccionistas privados, estos peculiares objetos han llegado hasta nuestros días. Uno de ellos fue Sir William Hamilton, diplomático, arqueólogo, anticuario y vulcanista británico… y también célebre por una razón más prosaica: la relación que su joven esposa Emma, mantuvo, con su beneplácito, con el almirante Nelson…. Durante su estancia en la corte de Nápoles de 1764 a 1800 como embajador de Gran Bretaña, tuvo el privilegio de estudiar a fondo las recién descubiertas ruinas de Pompeya en 1748, y de iniciar una fantástica colección de antigüedades griegas y romanas. Entre sus piezas más destacadas figuraban cinco ritones en forma de cabezas de oso, perro, caballo, jabalí y bóvido.
Podemos encontrar excelentes muestras de distintas épocas en el Museo Vivanco de la Cultura del Vino de Briones, La Rioja. Destaca el que presenta forma de camello o dromedario recostado sobre las patas delanteras. Corresponde al Período Hachamanid, en el siglo VI antes de Cristo. También el de cabeza de carnero, en el que el cuello se ha aprovechado para configurar el vaso, en cuyo extremo se sitúa la boca de vertido de color marrón oscuro. Está datado en el siglo IV antes de Cristo, en el periodo clásico.
En España, también podemos admirar varios ejemplos notables en el Museo Arqueológico Nacional. Uno de ellos es el realizado por el llamado Pintor de Tarquinia, reputado artista ateniense que estuvo en activo en la primera mitad del siglo V aC. Está moldeado en forma de cabeza de toro policromado. La escena que decora el cuello, realizada con figuras rojas, representa un simposio en el que participan una hetera o cortesana, y dos jóvenes.
También en nuestro Centro de Documentación del vino puedes ver algunos ejemplos de ritones clásicos.
Hasta aquí la historia de estos singulares objetos vinculados a la cultura del vino que, según algunas opiniones, podrían ser, salvando las distancias, el origen de nuestro popular porrón….
Si eres más de escuchar que de leer te dejamos podcast del post, emitido en Radio Nacional: http://www.rtve.es/alacarta/audios/vivanco-compartiendo-cultura-del-vino/
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