La Rioja le gusta a todo el mundo, de eso no hay duda. Pero si hay algunos visitantes fieles a esta comunidad autónoma y que disfrutan como nadie de las bondades riojanas, esos son los vascos. Razones hay muchas, pero las vamos a resumir en cinco.
Facilidades de comunicación
La primera y la más obvia es la cercanía, ya que La Rioja limita al norte con la provincia de Álava. Por este motivo, muchos vascos han hecho de La Rioja no solo su lugar de veraneo, sino un lugar al que hacer una escapada de vez en cuando, sobre todo en las zonas de Haro, Santo Domingo de la Calzada, Casalarreina y Ezcaray. En este sentido, muchas familias del País Vasco han optado por comprar su segunda residencia en La Rioja, hecho que denota la estima que tienen por esta tierra.
Monasterio San Millán de Suso. Autor: aherrero
Afinidad de costumbres
Aunque a veces ha habido discrepancias materializadas en chistes, como en todas las casas, a los riojanos y a los vascos les gustan las mismas cosas: comer bien y beber, todavía, mejor. Y en La Rioja, y los vascos lo saben, disfrutan del vino como nadie. Por ello no es de extrañar encontrar grupos en los que vascos y riojanos se mezclan para chatear en los bares de los pueblos. Y no por disfrutar de la buena mesa están más gordos que en otros lugares de España porque, según la Encuesta de Salud Nacional de 2014, La Rioja y Euskadi son las comunidades que, porcentualmente, tienen menos obesos del país. Otro punto en común que les une. ¿Será por los oxidantes del vino y la excelencia de la comida riojana?
Paisaje
El paisaje riojano es muy parecido al del sur de Euskadi, por lo que se convierte en otra razón más por la que los vascos se sienten como en casa. Y es que tanto en el sur de la provincia de Álava como en La Rioja, las vides impregnan el terruño y modelan y colorean, según la estación del año, el panorama de estos territorios limítrofes. Aparte de todo, a los vascos les encanta la estación de esquí de Valdezcaray, no solo por la calidad de sus pistas sino por el excelente après ski que lo rodea, por lo que es muy habitual que durante los fines de semana de invierno el paisaje blanquecino de la Sierra de la Demanda tenga acento euskera.
Estación de Esquí de Valdezcaray
Fiestas populares
A los riojanos les gusta pasárselo bien por lo que cuando llegan las fiestas patronales, sobre todo aquellas que se celebran en agosto, lo dan todo. Lo mismo les pasa a los vascos que se pirran por asistir a las celebraciones locales que tiene lugar en la comunidad autónoma vecina porque se lo pasan como enanos.
Batalla del Vino de Haro. Autor: BigSus
Clima agradable
Otro de los factores que hacen que los vascos se decanten por La Rioja es su clima, ya que en verano todavía hay sitios en los que la temperatura máxima no supera los 20° y las noches son fresquitas. De hecho, en la Rioja Alta domina el clima atlántico caracterizado por suaves temperaturas (en invierno las mínimas se sitúan alrededor de los 4° y en los meses de estío las máximas oscilan entre los 15° y los 22°) por lo que es un lugar idóneo para pasar unas vacaciones de verano sin asarse de calor.