Durante los próximos días del 8 al 12 de junio de 2017 la ciudad riojana de Logroño celebrará las fiestas de San Bernabé, festividades patronales, declaradas Fiestas de Interés Turístico Nacional en 2015. En los días que ocupa la celebración, la ciudad de Logroño se transforma y emprende un viaje en el tiempo hasta 1.521, para rememorar la batalla que liberó a los logroñeses del asedio de las tropas franco-navarras.
Hoy conoceremos un poco mejor los orígenes y costumbres de estas fiestas de San Bernabé, una inmejorable ocasión para acercarse a visitar Logroño y disfrutar de la historia, la cultura y la gastronomía riojanas.
Los orígenes de las fiestas de San Bernabé
En 1.521, un ejército compuesto por tropas francesas liderado por André de Foix tomó Navarra. Esta región había sido adherida recientemente al Reino de Castilla, no sin el descontento de los navarros. Por este motivo, Enrique II de Navarra vio con buenos ojos la llegada de los franceses y mandó a su ejército junto con el del general francés Foix para llevar a cabo la toma de la ciudad de Logroño.
Los Logroñeses se negaron a entregar la plaza de la ciudad, con lo que el ejército invasor decidió poner en marcha un asedio a la villa. Este asedio se prolongó durante algo más de dos semanas, un tiempo durante el cual, según cuenta la leyenda, los logroñeses se alimentaron únicamente a base de los peces que obtenían del río Ebro. El resto de víveres fueron empleados para alimentar a la única res que quedaba en la ciudad. De esta manera, engordaron al animal de forma exagerada y lo pasearon por delante de las tropas invasoras, para alimentar a su vez la leyenda de que los logroñeses, animales incluidos, poseían un tamaño descomunal.
El objetivo era sembrar el miedo entre las filas enemigas y desmoralizar así a los soldados franceses y navarros. Tras 17 días de luchas y resistencia, el asedio llegó a su fin. El ejército invasor, huyó ante la llegada de 4.000 soldados castellanos a las órdenes del Duque de Nájera, y no sabemos si también, ante el miedo que les imbuyó la artimaña de los logroñeses. Sea como fuere, Logroño fue liberada el 11 de junio de 1.521, día de San Bernabé. Desde entonces, el santo fue nombrado Patrón de la ciudad y la victoria se rememora año tras año y hasta nuestros días, rindiendo el voto a San Bernabé.
Este voto, está compuesto por cinco actos, convertidos ya en tradición durante las fiestas: acudir a las Vísperas; la Procesión y los Banderazos; el encierro con las vaquillas o toros, de los cuales uno es sacrificado para hacer un guiso; colocar iluminarias en las calles; y por último, comer ternera y cordero. La liberación del asedio quedó reflejada también en el escudo de la ciudad de Logroño. Desde 1.523 y por orden del emperador Carlos I de España, el emblema luce tres flores de lis en recuerdo de la hazaña.
Arco de San Bernabé. Foto: Pacoperez6
San Bernabé en 2017
En la actualizad, durante las fiestas de San Bernabé en Logroño, la ciudad rememora el histórico triunfo con múltiples actos en los que diferentes espacios se decoran de época. Además, los logroñeses se visten con trajes acordes y se recrean diferentes episodios de la historia a través de teatralizaciones. Todo un viaje en el tiempo para conocer un poco mejor el origen de multitud de costumbres logroñesas y riojanas.
Gigantones en las Fiestas de San Bernabé. Foto: emedeme
El programa de San Bernabé 2017 contempla más de 300 actos, de entre los cuales, 60 tienen como objetivo amenizar las fiestas del público infantil. Los diferentes eventos de las fiestas contarán con la participación de 700 voluntarios y unos 66 colectivos. Y según los organizadores, este año se ha trabajado especialmente en la mejora de las teatralizaciones históricas del asedio. Puede consultarse el programa completo de las Fiestas de San Bernabé 2017 en este enlace.
Soldados castellanos. Foto: Chamarasca
Entre los actos imprescindibles de estas festividades: la construcción del arco triunfal; las salvas de cañones; los desfiles y los pasacalles de gigantes y cabezudos, ofrendas y actos religiosos, espectáculos taurinos, mercados, actuaciones musicales, etc. Y cómo no, el acto del reparto de pan, peces y vino por parte de la Cofradía del Pez, en alusión a los alimentos que sostuvieron la defensa de los logroñeses durante el asedio.
