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Blog Vivanco: #CulturaDeVino
En el blog de Vivanco, entendemos el vino como una forma de vida, desde una perspectiva innovadora y llena de energía, ofreciéndote una experiencia única en torno a la Cultura del Vino.
Cultura

¿Cómo ayudó la primera bomba atómica a determinar la antigüedad de un vino?

En diciembre de 1985 la casa de subastas Christies de Londres sacó a subasta una botella de Chateau Lafite de 1787. Además de la antigüedad del vino, aquella botella tenía una historia muy particular: las iniciales “Th.J” que tenía grabadas se debían a que perteneció a la colección privada del presidente de los EEUU Thomas Jefferson.

Lógicamente, esta historia incrementaba el valor de la botella de vino y a Christies le interesaba que fuese cierta. Es verdad que lo tuvo fácil, ya que Thomas Jefferson fue    embajador en Francia desde 1785 hasta 1789 y, además, era un gran aficionado a los vinos y experto catador. De hecho, cuando regresó a los EEUU, ordenó que se le enviasen varias partidas de vino Burdeos y que cada botella fuese marcada con sus iniciales. Así que, era una historia, como mínimo, verosímil.

Por aquel Chateau Lafite de 1787 se pagaron 157.000 dólares, el precio más alto que se ha pagado por una botella de vino en toda la historia.

Aquella subasta abrió la veda de las llamadas botellas Jefferson y los coleccionistas se lanzaron a la búsqueda de estas rarezas. A finales de los ochenta, el coleccionista estadounidense William Koch, y lógicamente multimillonario, había conseguido cuatro botellas Jefferson, fechadas entre 1784 y 1787, por un total de 500.000 dólares. Durante varios años permanecieron en las bodegas del magnate para fardar ante sus amigos… hasta 2005. El Boston Museum of Fine Arts solicitó a Koch algunos artículos de su colección de antigüedades para montar una exposición. Ante las dudas de autenticidad de aquellas botellas de vino, el personal del museo buscó la corroboración histórica a través de la Fundación Thomas Jefferson. La respuesta no fue la esperada…

          No creemos que esas botellas perteneciesen a Thomas Jefferson.

 

presidente thomas jefferson retrato

Retrato del Presidente Thomas Jefferson. Año: 1800

 

Sintiéndose engañado, Koch contrató al ex agente del FBI Jim Elroy para investigar la procedencia de las botellas Jefferson. Elroy reunió a un equipo de expertos en vino, entre ellos un ex inspector de Scotland Yard y un ex agente del MI5, y puso en marcha una investigación internacional. No les costó mucho identificar a Hardy Rodenstock, un editor musical conocido por organizar lujosas catas entre celebridades y críticos de vino, como el responsable de poner en el mercado las botellas Jefferson.

El siguiente paso de Elroy era datar la antigüedad el vino para ver si, por lo menos, el vino era del siglo XVIII, porque el rastreo de otras muchas botellas de Chateau Lafite del XVIII databan de la década de 1960. Además, tenía que hacerlo sin abrir las botellas y estropear el contenido. Harto difícil, pero no imposible.

La solución la encontró en un artículo publicado por el físico francés Philippe Hubert en la revista Scientific American. Philippe Hubert había ideado un método para comprobar la edad de vino sin abrir la botella utilizando rayos gamma de baja frecuencia para detectar la presencia del isótopo radiactivo cesio-137. El cesio-137 no es de origen natural; es el resultado de la lluvia radiactiva y, por tanto, un vino embotellado antes de 1945, año de la primera prueba de un arma nuclear y las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, no contiene cesio-137. Así que, Elroy viajó con las botellas a Francia. El físico realizó las pruebas y, para sorpresa de Elroy, no contenían el isótopo radioactivo. El vino se había sido embotellado antes de 1945. Sin embargo, la historia no había terminado todavía.

Elroy y su equipo descubrieron algo extraño en las propias botellas… las iniciales “Th.J” grabadas en el vidrio parecían muy perfectas e iguales para haber sido hechas con una ruedecilla de cobre -herramienta utilizada en el XVIII-. Contactó con un experto y tras examinar las botellas se llegó a la conclusión de que habían sido grabadas con una herramienta eléctrica similar a las utilizadas por los dentistas, por lo que esas botellas nunca pertenecieron a Thomas Jefferson.

Koch presentó una demanda civil contra Rodenstock en 2006. Rodenstock se negó a participar, alegando que Koch no le había comprado las botellas directamente de él y que que no podía ser acusado en un tribunal estadounidense porque era un ciudadano alemán. Rodenstock nunca fue acusado.

Ahora, cuando Kock enseña su bodega a los amigos, le gusta presumir de ser dueño de las falsificaciones Thomas Jefferson.

 

 

Javier Sanz
Contador de historias a través del blog, libros, colaboraciones en prensa y radio con la única pretensión de acercar la historia de forma amena y entretenida a los que la dejaron de lado. Director de la revista digital e interactiva "iHstoria". Colaboraciones en el periódico Diario de Teruel, revista Iberia Vieja y revista Clío. Colaboraciones en radio en La Rosa de los Vientos (Onda Cero), Gente Despierta (RNE) y La Noche es Nuestra (EuropaFM).

1 comentario

  1. Excelente artículo muy bien redactado dentro de los parámetros del buen humor.
    Aprendemos con una sonrisa.
    Favor avisarme por otro escrito.
    Gracias

comentarios

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