Un fragmento de Fantasía en La Rioja

Entre las piezas que el Museo Vivanco de la Cultura del Vino conserva dentro de su colección, está un dibujo sobre acetato, estupendamente coloreado a mano y con aerógrafo, en el que se representa una caricatura de Baco, ebrio y montado sobre un pequeño unicornio acompañado de un fauno. El dibujo (29,7 x 42 cm.) puede verse expuesto al público en el espacio del museo de Briones (La Rioja), rodeado por otras  interesantes obras de arte de diferentes épocas y estilos.

Baco, burro y fauno. Dibujo sobre acetato. 1940. Museo Vivanco de la Cultura del Vino

En concreto, se trata de una réplica exacta, realizada por la Walt Disney Company con materiales afines, de uno de los film cells originales que compusieron la escena 24 de la secuencia 4.3 del cortometraje dedicado a la Pastoral de Beethoven de la película Fantasía. Este conocido largometraje representa sin duda uno de los hitos de la historia del cine de animación y marcó un cambio transcendental en la relación entre el arte, la música y el cine. Fantasía se estrenó el 13 de noviembre de 1940, en el Colony Theatre de Nueva York. En él, Mickey Mouse, para muchos el alter ego del propio Disney, protagoniza El aprendiz de brujo, quizás el corto más célebre de toda la película.

En 1940 Walt Disney cumplía 39 años y estaba adquiriendo renombre como gran innovador en el campo de la animación. Al cabo de un año, los Estado Unidos entrarían en la Segunda Guerra Mundial y, tras su trágica conclusión, se convertirían en una potencia mundial de referencia a nivel político, económico y militar durante el resto del siglo XX. Su sistema cultural representaría durante muchas décadas un modelo insuperable. La producción faraónica de su industria cinematográfica tendría una influencia fundamental en la conformación del imaginario colectivo de varias generaciones.

Tal vez no todos sepan que Walter Elias Disney (19011-1966) fue la persona cuyas películas más Oscar recibieron desde que la Academy of Motion Picture Arts and Sciences concedió su primer premio, en 1929. A lo largo de su estelar carrera como productor cinematográfico, Disney obtuvo un total de 26 estatuillas (de un total de 59 nominaciones); cuatro de ellas honoríficas.

Una de sus películas más premiadas fue precisamente Fantasía, que en 1941 recibió dos Oscar: uno a Walt Disney, William Garity, John Hawkins y la empresa RCA, por la utilización del sonido, y otro al maestro Leopold Stokowski (1882–1977) por la música. En la misma ceremonia, se le otorgó a Disney también el Premio en memoria de Irving Thalberg, destinado desde 1937 a personajes especialmente significativos en el mundo de la producción cinematográfica.

Walt Disney sostiendo los dos Oscars que premian Fantasía: premio a la utilización de sonido y a la música. Autor: d23.com

Presentado en las salas de proyección bajo el lema “música que puedes ver e imágenes que puedes escuchar”, Fantasía fue el proyecto más experimental llevado a cabo por Disney durante toda su vida. El espíritu vanguardista de la película pretendía unir imágenes y música de una manera inédita, ofreciendo al espectador una experiencia sinestética total. En lugar de ser simplemente acompañados por una banda sonora, los dibujos animados fueron concebidos y realizados ex profeso para ser combinados con composiciones de algunos de los músicos más célebres, como Bach, Beethoven, Stravinski, Mussorgski o Chaikovski entre otros.

A pesar de los reconocimientos recibidos por su valor técnico y artístico, en su momento Fantasía fue un fiasco absoluto desde el punto de vista comercial. Y especialmente en comparación con el gran éxito de público que había obtenido, tan sólo tres años antes, Blancanieves y los siete enanitos (1937): el primer largometraje de animación de Disney. El fracaso financiero de Fantasía obligó al productor americano a abandonar el cine experimental, centrando su producción en películas destinadas a un público generalista y en particular a los segmentos más jóvenes de la población.

Sin embargo, como ocurre a veces para las obras que se adelantas a su tiempo, dos décadas después Fantasía conoció una segunda vida y obtuvo su plena consagración a nivel global. Mucho había cambiado el mundo, en los años sesenta. Era aquella la época del boom económico y el occidente se hallaba en el pleno de una transformación radical de los cánones culturales y artísticos. Las películas norteamericanas estaban conquistando los mercados cinematográficos europeos. La inquietud vanguardista y las experimentaciones formales de Fantasía, que habían dejado frío y distante al público de los años cuarenta, aparecían ahora en sintonía con los tiempos modernos y con sus nuevos códigos estéticos y narrativos. Eran los Sixties: los años de la revolución de los hábitos morales, sociales y culturales; de la psiquedelía; del Pop Art; de los Beatles y de la contaminación entre Cultura Alta y Cultura Baja. Fantasía fue mirada entonces con ojos diferentes y con un nivel de consciencia, por así decirlo, expandido. La intención de Disney de construir un puente entre las diferentes manifestaciones artísticas (música, dibujo, imágenes en movimiento etc.), a través de un nuevo modelo sinérgico de cine, aparecía ahora menos críptica. A partir de finales de los años sesenta, Fantasía se convirtió así en una de las películas de animación (y no sólo) más conocidas del siglo XX.

Leopold Stokowski, también premiado con un Oscar a la mejor música en Fantasía. Autor: werecyclemovies.com

Uno de los cortos que la componen está dedicado a la Sexta Sinfonía (Pastoral) de Beethoven y representa un día en la vida de los dioses del Olimpo. Seres mitológicos y divinidades griegas, como Zeus o Baco, danzan e interactúan acompañados por la música. Aquí el dios del vino aparece bajo los efectos embriagadores de su bebida predilecta durante una celebración en su honor. La presencia tan significativa del vino dentro de esta mítica película no ha pasado desapercibida a Vivanco, cuyo interés por enseñar su valor atemporal como elemento cultural, histórico y antropológico está a la base de la labor de documentación y recopilación que lleva a cabo, desde hace más de diez años, a través de su Fundación.

Por esta razón el Museo decidió acoger en su colección el dibujo del que te hablábamos al principio. Si eres apasionado de cine y de dibujo, no puedes dejar de ver en vivo esta joya, parte de una de las más importantes películas de animación (y no sólo) del mundo.