El otoño es una época del año muy especial en La Rioja. Tras el calor del verano, la uva está en su momento óptimo para ser recogida. Es momento de vendimia, la gran fiesta de esta tierra de vinos. Los pueblos se llenan de celebraciones para conmemorar las semanas de mayor trabajo en el campo, que traerá consigo una nueva cosecha de excelentes vinos.
Pero dejando de lado el intenso trabajo en los viñedos, el otoño es posiblemente la mejor época para visitar La Rioja. Los campos pasan del intenso verde a un torbellino de ocres, naranjas y marrones, que se entremezclan dando forma a uno de los paisajes más bonitos del mundo, por el que ya han presentado la candidatura a ser considerado Patrimonio de la Humanidad.
Solo por ver este espectacular paisaje, hay que acercarse en otoño a La Rioja, y disfrutar desde los miradores de cómo el Ebro serpentea entre los campos.
Si te gusta la aventura, entonces te recomiendo volar en globo, al amanecer. Es una experiencia única que recordarás durante toda tu vida, y es que, si volar en globo es ya de por si la forma más pura de volar, totalmente en silencio, flotando sobre el terreno, teniendo este espectacular paisaje bajo tus pies es todavía más alucinante. Y al terminar el vuelo, como no, celebrarlo con una copa de vino.
Como estamos en época de vendimia, es el mejor momento del año para conocer de cerca toda la cultura alrededor de la elaboración del vino, desde la recolección hasta la conservación en barrica, pasando por la pintoresca etapa del prensado. Hoy en día, el prensado de la uva se hace con máquinas que aseguran una higiene máxima, pero antaño, ante pequeñas cosechas, se pisaba a pie, algo que aún puedes experimentar en algunas bodegas. Esta «vinoterapia» tan especial te sacará más de una gran sonrisa, y las fotografías para Instagram te quedarán de lo más divertidas.
Tras la vendimia, ya tenemos buen vino sobre la mesa, ahora solo nos falta acompañarlo con alguno de los platos de temporada. Las setas y las trufas son otro de los manjares que nos ofrecen las tierras riojanas en otoño, por lo que además de probarlas sobre la mesa, te animo a que cojas una cesta de mimbre y te adentres en los bosques a recoger suculentas setas. Como hay variedades de todos los tipos, algunas venenosas, y la recogida de setas y trufas está regulada por el gobierno para garantizar su sostenibilidad, para hacer la actividad con total seguridad, la mejor opción es que te apuntes a una actividad de recogida de setas guiada por un experto en micología, y además seguro que te da buenas recetas para gozar de estos hongos.
Con el estómago bien complacido, qué mejor que acercarte hasta unos de los enclaves culturales más importantes de La Rioja, los monasterios de Yuso y Suso, en San Millán de la Cogolla.
Aparte de los bonitos edificios que forman este complejo religioso, asentado dentro de un gran bosque, aquí está el origen del castellano como idioma, tal y como se recoge en las Glosas Emilianenses. Una visita muy recomendable para conocer el curioso origen del idioma que hablamos.
A un paso de San Millán de la Cogolla está el pueblo de Ezcaray, donde puedes disfrutar de un sonido único en otoño: la berrea del ciervo. Los frondosos bosques que rodean al pueblo son el hogar de ciervos que, durante el otoño, berrean para atraer parejas para aparearse. Un espectáculo de la naturaleza que solo se puede ver y escuchar durante unas pocas semanas al año, a principios del otoño, y que en La Rioja sigue existiendo gracias a la buena conservación del medio ambiente.
Como te decía, el otoño es la mejor época para visitar La Rioja y disfrutar de mucho más que del buen vino, la vendimia y los asombrosos paisajes. El otoño es vida y cultura en La Rioja.