Dali versus Picasso es la obra que durante un mes ha podido verse en las Naves del Español de Matadero, en Madrid, donde se muestra el intenso diálogo que los dos geniales autores mantienen sobre el surrealismo.
Desde París, a cientos de kilómetros de la Guerra Civil que se vive en España, Dali versus Picasso trata de la discusión, que en vísperas de la Exposición Internacional de París, mantienen ambos genios sobre dos de sus trabajos más emblemáticos: Premonición de la Guerra Civil, de Salvador Dalí, y el Guernica, de Pablo Picasso.
A pesar de la supuesta rivalidad entre ambos artistas, que se refleja en citas de ellos mismos, como la pronunciada por Dalí, “Sólo hay dos cosas malas que pueden pasarte en la vida, ser Pablo Picasso o no se ser Salvador Dalí”, el autor de la obra, Fernando Arrabal, sostiene que esta rivalidad no era tal, “Picasso y Dalí eran caballeros de la ciencia, de la pintura, y esa rivalidad que habíamos creído, vemos que no existe gracias al director de la obra y a los actores, son soldados de la misma escuela que están en el exilio”.
Más allá de contaros la obra de teatro, que seguramente muchos ya habéis visto, nos gustaría hablaros sobre 2 obras de Dalí y Picasso, que desde hace tiempo pertenecen a los fondos de la Fundación Vivanco. La bouteille de vin, de Pablo Picasso, expuesta en el Museo Vivanco de la Cultura del Vino, y la bella litografía de Salvador Dalí, titulada La última cena, y que durante el año pasado se pudo ver en la exposición Espíritu del vino. El vino como valor religioso, que la Fundación Vivanco realizó en el Museo de Arte Contemporáneo Infanta Elena, en Tomelloso.
La bouteille de vin, de Pablo Picasso, es un grabado pochoir de 48 x 57 cm que data aproximadamente de 1922. Desde 2004, esta obra puede verse en la sala de Arte del Museo Vivanco de la Cultura del Vino. Realizado con la técnica del “pochoir” – grabado coloreado a mano con guache- reproduce un bodegón cubista del autor realizado a comienzos de los años 20, en el que se destaca una botella de vino.
Picasso, durante la I Guerra Mundial, principalmente se centró en bodegones cubistas y retratos de estilo naturalista; el cubismo, puntillismo, manierismo y neoclasicismo tienen gran protagonismo en su obra desde 1917. Al finalizar la guerra, aunque siguió trabajando en estos estilos tan dispares, paulatinamente tendió hacia un estilo neoclásico.
Por otra parte, La última cena, de Salvador Dalí, que desde la Fundación Vivanco se ha mostrado en diferentes exposiciones realizadas recientemente, está inspirada en la obra del mismo nombre que realizó Leonardo Da Vinci pero pasada por el tamiz del universo daliniano. El oleo original, pintado en 1955, se encuentra en la Galería Nacional de Arte de Washington.
Y a vosotros, ¿qué obra de Dalí y Picasso os gusta más?