Si fueseis griegos del siglo V o IV a.C. la respuesta sería un sí rotundo. Como estoy convencido de que no los sois, porque de serlo bien podríais haberme avisado y no tener que pasar horas buscando documentación para escribir esta historia, os contaré qué es el juego del cótabo (o cótabos) para que vuestra respuesta sea con conocimiento de causa.
Antes de nada, os advierto que es un juego dionisíaco para adultos que se practicó en la Grecia antigua durante los siglos V y IV a.C. Aunque también se podía practicar en la calle en una versión más descafeinada, el cótabo estaba íntimamente ligado al simposio –según el historiador y filósofo Jenofonte, “en los simposios se adormecen las penas y se despierta el instinto amoroso...”-.
El simposio o banquete, celebraciones muy populares en Grecia que constaban de comida, bebida y distracciones como espectáculos, adivinanzas o el famoso juego del “cótabo”.
El juego consistía en que, al finalizar la comida, los sirvientes adornaban a los asistentes con coronas de hiedra, empezaba a circular el vino de la crátera (recipiente o vasija hecha de barro donde se mezclaba el agua y el vino para los invitados) y se desplegaban el resto de placeres terrenales: perfumes, cantos, música, danzas, juegos, conversación desenfadada… y el erotismo de las hetairas (grandes bailarinas, excelentes flautistas y mejores amantes). Cuando ya el vino hacía de las suyas entre los convidados al simposio, todos gritaban al unísono:
“Cótabo, cótabo, cótabo…”
Crátera con banquete dionisiaco del Museo Vivanco de la Cultura del Vino
Cerámica de figuras rojas. Cultura griega. Siglo IV a.C.
El anfitrión ordenaba a los esclavos preparar la sala y disponer los útiles necesarios para el momento cumbre de la fiesta. ¿Preparados? Pues vamos a ello: los jugadores debían terminarse las copas de vino pero dejar el último sorbo para lanzarlo hacia un platillo o jarra colocados a cierta distancia (la distancia y el recipiente utilizado determinaban la dificultad). Al dar el golpe de muñeca para lanzar el líquido elemento, se pronunciaba el nombre de la persona, hombre o mujer, con la que querías acostarte, retozar o copular. Si acertabas en el recipiente, la persona aludida se podía dar por… En caso contrario, “otra vez será” o “siga usted jugando”.
Normalmente, los nombres pronunciados eran el de esclavos, bailarinas y/o hetairas, y nunca el de otros participantes. Cuando las hetarias eran de la talla de Friné -la que fue acusada de impía y cuando se desnudó delante de los jueces fueron incapaces de condenarla al ver aquel escultural cuerpo-, también éstas podían participar y elegir al afortunado.
Representación del juego de cótabo
Ahora que ya sabéis en qué consiste este juego, ¿cuál es vuestra respuesta?
Que entretenido y pensar qye todavia recibo invitaciones para jugar candy y mil mas, qye aprendan de lis griegos
Creo que no es «hetarias», sino «hetairas».
Muy interesante el jueguecito. Yo nomino a… Kate Moss, por ejemplo….
¡Ahí va mi vino….!
A ver quien se apunta a una partidita de còtabo esta noche 😉 eso eran fiestas y no jugar al cinquillo :p
Hola,
Errata al escribirlo, ¡muchas gracias por el apunte!