Entrevista a Pilar de Haya, Lavinia: “Me gusta mucho el vino porque une. Más que el WIFI.”
La Cultura de Vino tiene muchas caras, pero si hay una especialmente visible para los consumidores, esa es la vinoteca. El lugar que conecta los dos mundos: personas que quieren disfrutar de un vino, y botellas de vino que quieren ser catadas. Y haciendo de puente, los vendedores de estas tiendas, con una influencia vital en la decisión de compra.
Hoy nos acercamos a Lavinia, una de las vinotecas con mayúsculas. 20 años de historia, más de 4500 referencias de vino, 20 sumilleres a su servicio y un único objetivo: ponerle alma a todos estos números.
Hoy conocemos a nuestra nueva Human of Wine: Pilar de Haya, responsable de eventos y empresas en Lavinia.
/ ¿Cómo es tu día a día? /
Es muy variado. Cuando Juan Manuel, mi director, me ofreció trabajar aquí, me avisó de que cada día sería diferente. Y es verdad. Llevo el departamento de eventos y empresas en Lavinia desde hace dos años. Me encargo de las fiestas para promocionar la Cultura del Vino, de empresas que nos encargan regalos de Navidad, acciones de networking con otros clientes, visitas a bodegas…Y también vendo botellas (risas).
/ ¿Cuál crees que es la seña de identidad de Lavinia? /
De entrada, la tienda ya impone. Estamos en el barrio más elegante de Madrid y es una tienda enorme, pensada de una forma hedonista para disfrutar del vino como algo emocionante. Aquí también tenemos nuestro restaurante con el chef Toni García, en el que puedes comer con un vino que has comprado en nuestra tienda, a precio de tienda y sin cobrar descorche. Los compañeros de tienda son profesionales excelentes, ya que estamos en constante formación. Alguien que entra en esta tienda, ¡o se encomienda a la virgen o se encomienda a un sumiller! Le dedican el tiempo y cariño que haga falta para que se vayan contentos con la botella de 10€ o con la de 1000€.
/ Las referencias de vino en vuestra tienda parecen infinitas /
Sí, y además, todos los vinos que tenemos los compramos directamente a sus bodegas, para poder asegurar que estén en perfecto estado. Eso nos da mucho trabajo, porque tenemos que hablar con cada bodega, y tenemos 4500 referencias de España y de todo el mundo. Pero como aquí todos somos muy amantes del vino, no nos importa pasar muchas horas trabajando en esto.
/ ¿Tu pasión por el vino comienza en Lavinia? /
Yo me dedicaba al mundo de la música y tuve una crisis vocacional. Conseguí un trabajo en la Feria Gourmets de Madrid y tuve una epifanía en la que vi que quería pertenecer al mundo del vino. Después pasé a trabajar en una revista y luego vine a Lavinia. Ya llevo 20 años en este sector.
Casualmente, después he vuelto al mundo de la música con mi banda de rock The Winedrinkers, en el que unimos dos pasiones: música y vino.
/ ¿Qué tipo de clientes vienen a la tienda? /
Gracias a Dios, viene de todo. A mí me gusta que cada uno se acerque al vino como lo sienta. Tenemos a clientes entendidísmos a lo friky, que buscan la botella de Ganevat de las que tenemos 12, y en el momento que se enteran ya están por aquí. Tenemos a clientes que conocen las clásicas firmas de Rioja o Ribera del Duero y buscan vinos para sus celebraciones o para regalar. Tenemos a gente muy joven que viene sobre todo a los showrooms para empaparse del mundo del vino de una forma agradable y fácil. También profesionales y sumilleres de restaurantes. Es una tienda en la que todos pueden encontrar su lugar.
/ ¿Cómo sabéis que vais a acertar en la recomendación de un vino? /
Yo les hago muchas preguntas. Utilizo sus respuestas, más la memoria que tengo de los vinos que he catado, más la intuición. Y si tengo alguna duda o necesito inspiración, voy a algún compañero, aunque es gracioso porque siempre decimos cosas diferentes. Y si no acertamos, les digo que vengan. Muchas personas tienen a los sumilleres que les gustan, nuestros sumilleres tienen sus fans.
/ ¿Qué significa para ti la Cultura de Vino? /
Para mí, la Cultura de Vino empieza en las regiones: los productos que hay en la zona, las uvas, su clima, la tierra… Cada una tiene un carácter especial. Esto se transmite en una botella que llega hasta esta tienda. Para mí, no hay nada más bonito que ir a una región y que un bodeguero me recomiende otras bodegas a las que ir. Hay una cultura y una unión que ayuda a la riqueza tanto económica como cultural de la zona. Para mí, el campo es el pulmón de la sociedad, no podemos estar despegados de la tierra, en todos los sentidos. Me gusta mucho el vino porque une. Más que el WIFI.
Agradezco a Vivanco que tenga toda la historia del vino guardada y que la mantengan para el resto de generaciones. Porque es muy importante conocer de dónde veníamos en el mundo del vino, dónde estamos ahora y cómo poder hacerlo mejor más adelante. La labor que hacen es estupenda, les estoy muy agradecida.
/ ¿Qué vino Vivanco recomendarías? /
A mí me gustan mucho los vinos de Colección Vivanco y en concreto, la Garnacha. Los muy entendidos pueden buscar algo más especial, como puede ser la Maturana Tinta. Para mí, me quedaría con el vino Colección Vivanco Parcelas de Garnacha. Me parece que está fantástico. Y para alguien que no entienda tanto, recomendaría el Vivanco Reserva que está muy bien de precio y es estupendo. Vivanco tiene vinos para todos los perfiles.
/ ¿Guardas algún recuerdo bonito donde el vino estaba presente? /
El único alcohol que bebía mi padre era un vinito que servían en un vaso de zurito en Getxo, de donde soy. Un día, de niña, cuando salía de jugar al frontón, mi padre me dio dinero para un helado por haberme portado bien, pero quise sorprenderle y compré un vino para él. Entré en el salón de cartas haciendo lo imposible por convencer al camarero, ya que los niños no podían entrar, le puse el vino a mi padre y fui la sensación del club. A ese momento le tengo mucho cariño. La Rioja me gusta mucho porque me recuerda a la tierra batida, al frontón y a la pelota.