Con la Semana Santa aún muy reciente en la memoria y de vuelta a nuestras vidas cotidianas, en nuestra cabeza empieza a rondar el destino de nuestra próxima escapada.
La práctica del enoturismo vuelve a llenar los pensamientos de los amantes del vino: conocer nuevos lugares, disfrutar de su cultura, de su naturaleza, mezclarnos con su gente y descubrir su gastronomía. Y todo ello a través del hilo conductor de la Cultura del Vino.
Si no ves llegar el momento de volver a disfrutar de tu pasión y te sientes perdido como el pueblo de Israel en su travesía por el desierto, hoy te traemos los 10 mandamientos del enoturista. Estos no están escritos directamente por Dios, pero al menos te servirán para planificar tu próxima escapada enoturística y te harán mucho más corta la espera.
1. Viajarás sin prisas
El enoturismo es una forma de viajar que podríamos entender como “turismo lento”. Debemos dejar a un lado nuestro ritmo de vida habitual y entregarnos a disfrutar de las experiencias que nos ofrece el mundo del vino con tranquilidad. Organizar nuestro viaje con un ritmo pausado nos permitirá poner a cero nuestros niveles de estrés, cargarnos de energía y disfrutar al máximo de la experiencia. El entorno de los viñedos y de las bodegas nos aportará un punto de calma que debemos estar abiertos a valorar.
2. Planificarás tu viaje teniendo en cuenta la época del año
A la hora de planificar un viaje que contemple la visita a viñedos, a bodegas o a municipios con una actividad vitivinícola importante, debemos tener muy en cuenta la época del año en la que vamos a ir a estos lugares.
La producción del vino está estrechamente ligada a los diferentes períodos del año, y en función del momento en el que vayamos podremos vivir acontecimientos diferentes: el cultivo, la vendimia, fiestas relacionadas con estas actividades, ferias gastronómicas, etc. Merece la pena hacer una pequeña investigación previa de la zona a la que vamos a desplazarnos y sabe qué se cuece en cada momento.
3. Disfrutarás de la gastronomía del lugar
Vino y gastronomía son dos elementos indivisibles. Para disfrutar al máximo de nuestro viaje debemos conocer el lugar también a través del paladar. No solo disfrutaremos de exquisitos manjares, sino que entenderemos mejor el porqué de la personalidad del vino que se elabora en esa tierra que visitamos y su vinculación con las comidas típicas de la zona.
4. Viajarás sin miedo a aprender
Una vez más: para disfrutar del vino no hay que ser un experto. El vino es patrimonio de todos y todos estamos preparados para disfrutarlo. Solo hay que estar dispuesto a experimentar.
Para aprender, nada mejor que preguntar a los especialistas que nos acompañarán en nuestras visitas a bodegas, museos, viñedos y restaurantes. Ellos estarán encantados de compartir su pasión con nosotros.
5. Disfrutarás del vino con los 5 sentidos
Aromas, sabores, texturas, colores, sonidos… El enoturismo puede ser una auténtica delicia para los 5 sentidos. Pasear por los viñedos, aprender a vendimiar, o descifrar los diferentes matices aromáticos que puede esconder un vino en un túnel sensorial son algunas de las experiencias que pueden despertar nuestros sentidos.
Y para entender a fondo lo que estos nos cuentan, nada mejor que realizar un curso de cata. Un relajante tratamiento de vinoterapia será el cierre perfecto a una jornada multisensorial en torno al vino.
6. Reservarás una visita guiada
El enoturismo está en auge y cada vez son más los que prefieren esta forma de viajar para ocupar sus días de ocio. Por ello, y para poder viajar con mayor tranquilidad, nada mejor que reservar nuestras visitas a bodegas, museos y otros puntos de interés con antelación. Si queremos aprovechar al máximo nuestras visitas a las bodegas, lo más interesante es concertar una visita guiada. Un profesional de la divulgación de la cultura del vino nos acompañará en nuestro recorrido para que no se nos escape ningún detalle durante la visita.
7. No dejarás la cámara de fotos en casa
Paisajes naturales, arquitectura centenaria, majestuosas bodegas emergiendo entre las viñas, salas de barricas… Los motivos fotográficos que podemos encontrar en nuestros viajes en torno al vino son infinitos. Nunca deberíamos viajar sin una cámara de fotos, pero si vamos a practicar enoturismo, muchísimo menos.
8. Disfrutarás de la naturaleza
La mayoría de las bodegas suelen localizarse en entornos rurales en los que la naturaleza está por todas partes. Aprovecha tu visita para practicar senderismo
para realizar una ruta en bicicleta o para practicar cualquier otro tipo de actividad al aire libre. Conocer el vino es también disfrutar de la naturaleza que nos lo brinda.
9. No dejarás a los niños con los abuelos
El enoturismo no es solo cosa de adultos. En la actualidad, multitud de bodegas organizan actividades específicas para que los más pequeños también lo pasen en grande. La Cultura del Vino, en familia, sabe mucho mejor.
10. Aprovecharás tu visita a la bodega para comprar vino
Comprando directamente en la bodega podrás probar los diferentes vinos, recibir asesoramiento y consejo sobre qué vino comprar directamente de quien lo elabora, y disfrutar de ventajosos descuentos. De esta manera, seguro que aciertas con tu compra.