‘Todos’, así se llama el vino argentino que se ha elaborado para Su Santidad el Papa Francisco. Gracias a este nuevo vino, por primera vez en la historia se utilizará un vino argentino durante una consagración.
El encargado de tan divina labor fue el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), convocando a productores de todas las provincias vitivinícolas que no tuvieron reparo en ceder sus uvas para tan particular elaboración.
Las uvas empleadas son de la variedad blanca torrontés riojano y proceden de distintas regiones del país (Salta, Catamarca, San Juan, La Rioja, Río Negro y Mendoza). Precisamente en esta última, Mendoza, se realizó la elaboración del vino, obteniendo finalmente un vino torrantés dulce natural con 13,7% de alcohol y que por supuesto cuenta con la certificación que lo acredita, avalándolo como vino apto para la misa.
Una vez el vino estuvo listo, el propio Fondo Vitivinícola Mendoza llevó a cabo una convocatoria entre estudios de diseño para crear la imagen visual de este vino tan especial. El estudio Boldrini & Ficcardi fue el vencedor, reflejando en una botella transparencia, sencillez, claridad, humildad, cercanía…a imagen y semejanza de la personalidad del Papa.
En la contraetiqueta, que hace referencia a la procedencia de las uvas, han incluido un mensaje a sus productores: “Hombres y mujeres que depositan su trabajo y su esperanza en la certeza de que el vino nos une”.
La partida resultante, 450 litros, se enviará al Vaticano donde está previsto que el próximo 16 de octubre sea utilizado por el Papa Francisco, con motivo de la canonización del cura argentino José Gabriel Brochero (1840-1914) el conocido como ‘cura gaucho’.
Otros vinos dedicados al Papa Francisco
Antes de ‘Todos’, otros vinos argentinos se crearon pensando en el que sería el futuro Papa. Algunos ejemplo son:
– Cónclave CCLXVI Gran Corte 2010
– Cónclave CCLXVI Reserva Malbec 2012
– Las dos primeras etiquetas de la bodega Piccob Banfi en Agrelo, Mendoza, en honor al Papa Francisco.
El vino y los Papas
Si echamos la vista atrás, se repite una constante a lo largo de toda la Historia y es esa vinculación entre los Papas y el vino.
El conocido como vino de misa, vino de consagrar o de comunión es el que se utiliza en las liturgias cristianas, sobre todo en la misa. Durante el momento de la consagración, la doctrina católica afirma que el vino de misa se convierte realmente en sangre, es lo que se conoce como ‘transubstanciación’ (transformación de una substancia, el vino, en otra, la sangre de Cristo).
Como reza la Instrucción General del Misal Romano, del año 322, “El vino para la celebración eucarística debe ser del producto de la vid” (Cf.Lc 22,18); natural y puro, no mezclado con sustancias extrañas. Es por eso que normalmente llevan una etiqueta en la que pone “Apto para la Santa Misa” y principalmente el vino que emplea la Iglesia Católica es blanco (porque mancha menos) y suele ser un vino dulce o licoroso.
Ya Clemente V (Papa desde 1305 hasta 1314), instalándose en Avignon, dejó en Burdeos un viñedo y una bodega que después se convertiría en un aclamado vino, el Château Pape Clément, todavía vigente.
Gregorio XI (Papa desde 1370 hasta 1378), encargado de restituir el papado en Roma, fue un gran aficionado del Muscat (un vino blanco dulce) y se decía que nombraba cardenales si recibía una botella de este vino de regalo.
El Papa Pablo III Farnesio (Papa desde 1534 hasta 1549), en pleno Renacimiento, se hacía acompañar en todos sus viajes de un experto en vinos, Sante Lancerio, geógrafo e historiador.
En el siglo XIX, en tiempos del químico francés Angelo Mariani, conocido por comercializar un vino llamado Vin Mariani (un vino de Burdeos tratado con extracto de hoja de coca), contaba entre sus consumidores con el Papa León XIII (Papa desde 1878 hasta 1903), quien después de una audiencia con el químico accedió a ser imagen del Vin Mariani en una campaña publicitaria, la única en toda la Historia que ha tenido como protagonista a un Papa.
Publicidad de vino Mariani en la que el Papa León XIII no dudó en participar.
Como vemos, vino y Papas están intrínsecamente unidos por naturaleza. El vino en el cristianismo ha hecho posible rituales, milagros y hasta la propia transubstanciación de la sangre de Cristo en vino.
Qué tendrá el vino, que tantas culturas y religiones lo encumbran como bebida sagrada. “El vino alegra el corazón”, dicen los salmos; “El vino es vida” (“vita vinum est”) aclamaban los romanos. En Vivanco, conscientes de la nobleza del vino, trabajamos con un propósito común: devolver al vino lo que el vino nos ha dado.
