¿QUÉ ES EL ENOTURISMO?
El enoturismo es, ni más ni menos, el turismo del vino. Y decir esto no es decir poco. El enoturismo, una forma de disfrutar del tiempo de ocio con cada vez más seguidores, es una manera de viajar en la que el vino es el hilo conductor de nuestro viaje. Enoturismo es conocer el vino, entender todo el proceso de producción y elaboración que conlleva, aprender a disfrutarlo y reconocerlo durante una cata… Pero es también mucho más. A través del vino, podemos conocer lugares, culturas y gentes. Podemos conocer la historia del hombre y su expresión artística. Entender nuestra relación con el vino. Disfrutar de la naturaleza, de la actividad al aire libre, de la gastronomía o de la arquitectura. El enoturismo es: el vino como pretexto para disfrutar de las cosas buenas de la vida.
1. TÓMATE TIEMPO. DISFRUTAR DE UNA FORMA DE TURISMO TRANQUILA
El enoturismo es una forma de hacer turismo pausada y adecuada para todos los públicos, que permite al viajero disfrutar al máximo de cada momento y a la vez descansar. El entorno de las bodegas y de los viñedos suele ser un espacio tranquilo, así que es una muy buena manera de eliminar el estrés.
2. INFÓRMATE SOBRE LA VISITA
Existen multitud de fuentes a través de las cuales podemos conocer, de antemano, el lugar que queremos visitar. En Internet, nada mejor que navegar por las webs oficiales de las bodegas para descubrir, de primera mano, todo lo que ofrecen en sus visitas.
Asimismo, existen webs de asociaciones y organismos con información permanente en materia de enoturismo, a las que podemos recurrir para planificar nuestro viaje. Tal es el caso de ACEVIN, la Asociación Española de Ciudades del Vino o ACTE, La Asociación para la Cultura y Cambio de Turismo.
3. RESERVA LA VISITA A LA BODEGA CON ANTELACIÓN
Puede hacerse fácilmente por teléfono o a través de Internet. De esta manera, podremos saber las fechas en las que pueden visitarse las bodegas, beneficiarnos de descuentos en paquetes turísticos o evitarnos contratiempos innecesarios. No cuesta nada y nos dará tranquilidad en nuestro viaje.
4. SIEMPRE QUE PUEDAS, CONCIERTA UNA VISITA GUIADA
Hay mucho que descubrir en torno al vino. Qué mejor forma de hacerlo que de la mano de un profesional. Las mejores bodegas cuentan con personal especializado en la divulgación de la cultura del vino, contar con sus servicios es la mejor forma de exprimir al máximo nuestra visita.
5. NO SOLO VINO. CONOCE TODA LA OFERTA QUE HAY ALREDEDOR DEL ENOTURISMO
Museos, exposiciones, conciertos, rutas de senderismo, en bicicleta, ferias… La oferta cultural, deportiva y de ocio que se estructura alrededor del enoturismo es riquísima y adecuada para satisfacer a todo tipo de visitantes. A la hora de planear tu viaje, dedica algo de tiempo a conocer qué actividades pueden realizarse por los alrededores de la región, los lugares que no puedes perderte, rutas… De esta manera tu visita será mucho más completa.
6. PREPARAR NUESTRO EQUIPAJE ACORDE A LAS ACTIVIDADES PLANIFICADAS
Deberemos equiparnos en consecuencia a las actividades que pretendamos realizar. Si queremos disfrutar de los paisajes de la zona, practicar senderismo o cualquier otra actividad deportiva, debemos contar con la indumentaria y materiales adecuados. Como norma general para cualquier tipo de visita: ropa y calzado cómodos.
Si vamos a visitar una bodega, está bien saber que en las salas de barricas suele haber una temperatura relativamente fresca. Es aconsejable llevar siempre alguna chaqueta o prenda de abrigo, incluso en verano.
7. TEN EN CUENTA LA ÉPOCA DEL AÑO EN LA QUE VAS A VIAJAR
En función de la época del año para la que planeemos nuestro viaje, variarán aspectos como la estación del año y el clima. En labores como la viticultura y la elaboración del vino, tan ligadas a la tierra y al entorno natural, factores como el clima determinan la actividad en las bodegas. Si, por ejemplo, queremos aprender cómo se realizan los trabajos de la vendimia, es imprescindible que viajemos entre los meses de agosto y octubre.
8. ELIGE LA MEJOR FORMA DE TRANSPORTE. PRECAUCIÓN AL VOLANTE
Es importante tener en cuenta el medio de transporte que vamos a emplear para realizar nuestro viaje. Existen viajes organizados en los que podemos visitar diferentes bodegas sin tener que preocuparnos por conducir. Si viajamos de manera más libre y no queremos estar demasiado pendientes del coche, lo mejor es elegir destinos con una oferta de actividades amplia, que nos permita poder pasar todo el día sin necesidad de desplazarnos.
9. ¿VIAJAS CON NIÑOS?
Viajar con niños no es un problema a la hora de practicar enoturismo. Los destinos que ofertan esta variedad de turismo suelen ser entornos rurales y naturales perfectos para disfrutar en familia. Además, las bodegas más importantes cuentan con actividades especialmente concebidas para el disfrute de los más pequeños.
10. DISFRUTA DE LA GASTRONOMÍA
El vino y la buena mesa van de la mano. Aprovecha para conocer la gastronomía típica de la región y la relación con los vinos de la tierra. Turismo gastronómico y enoturismo son dos caras de la misma moneda. Dos formas de conocer un lugar a través de sus productos. Toca olvidarse de la dieta por unos días.
11. NO ES NECESARIO SER UN EXPERTO
A veces se tiene la idea de que el mundo del vino es un entorno exclusivo y cerrado, solo apto para entendidos. Nada más lejos de la realidad. El vino es un producto estrechamente ligado a la historia del ser humano. Es patrimonio de todos y todos podemos disfrutarlo. El enoturismo es, por tanto, una actividad ideal para aquellos que quieran aprender a disfrutar del vino. No necesitaremos ser grandes catadores, ya que nuestros anfitriones estarán dispuestos a compartir con nosotros su conocimiento sobre el mundo del vino, por ejemplo, en cursos de cata.
12. ÁBRETE A NUEVAS EXPERIENCIAS
Vendimiar a mano o aprender a pisar la uva son algunas de las actividades que nos acerca el enoturismo. Pero hay muchas otras. Una de las actividades más novedosas es la vinoterapia: la utilización de los beneficios terapéuticos del vino y la uva en tratamientos de salud y belleza. Baños, masajes, mascarillas y muchos otros tratamientos tienen el vino como protagonista. ¿Por qué no probarlos?
13. EL ENOTURISMO, UNA EXPERIENCIA MULTISENSORIAL
La visita a una bodega es una experiencia multisensorial. De hecho, algunas de ellas habilitan túneles sensoriales. Espacios en los que podremos jugar con nuestros sentidos: con el olfato, el tacto, la vista… De esta manera, aprenderemos a diferenciar todos los matices que puede esconder un vino y seremos capaces de distinguirlos posteriormente en la cata. ¿Un buen consejo? No utilices un perfume demasiado fuerte cuando vayas a visitar una bodega o a realizar una cata, ya que tu propia fragancia podría enmascarar los aromas característicos del vino.
14. NO OLVIDES LA CÁMARA DE FOTOS
El color de los viñedos, los juegos de la luz al filtrarse a través de las hojas, las texturas de la tierra y de las cepas, la intensidad del vino al contraluz. Tanto si eres un apasionado de la fotografía como si solo quieres plasmar un bonito recuerdo, el enoturismo es una actividad totalmente inspiradora. No te olvides la cámara de fotos, lo lamentarás.
15. SI QUIERES COMPRAR VINO, APROVECHA LA VISITA
Qué mejor que comprar un producto directamente de las manos de quien lo elabora. Si tienes pensado comprar algún vino aprovecha tu visita a la bodega. Tendrás la oportunidad de probar los vinos en una cata y descubrir el que más te guste. Nadie puede asesorarte mejor sobre qué vino debes comprar que quienes dedican su vida a producirlo.
Fantásticos consejos. Septiembre y octubre (desde nuestro punto de vista) son los mejores meses para disfrutar de este tipo de turismo.
Enhorabuena por el post.