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Blog Vivanco: #CulturaDeVino
En el blog de Vivanco, entendemos el vino como una forma de vida, desde una perspectiva innovadora y llena de energía, ofreciéndote una experiencia única en torno a la Cultura del Vino.
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«Mi mejor trago en la vida ha sido ser padre: aún lo estoy disfrutando»

El pensador de risa poética. Pepe Viyuela, a sorbos

Entrevista de Lali Ortega Cerón

#ManerasDeContar la Cultura del Vino, con Pepe Viyuela.

Otoño se estrena con una cara muy familiar, de esas que dibujan una sonrisa por su cercanía y aguda inteligencia: el riojano Pepe Viyuela.

El 24 de octubre, este actor y humorista, licenciado en Filosofía, será el primer invitado que acudirá a Vivanco y compartirá, por la tarde, de 20.00 a 21.30 horas, mucho humor y una dilatada experiencia literaria, cinematográfica, teatral y en series de televisión. Su participación en películas como Tierra o Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra; en obras teatrales como El Pisito o Los Habitantes de la Casa Deshabitada; o sus inolvidables papeles en series como Aida, o la que actualmente protagoniza en TVE, Olmos y Robles, darán para mucha conversación y muchos brindis.

El vino es cuestión de sentidos. Comenzamos, como en una cata, por su orden lógico en el rostro y la voz de Pepe Viyuela. Un entrevistado, que pasados los días, nos deja un sereno, cálido y sabroso postgusto.

Tu mejor visión…

Siempre, una biblioteca.

¿Cuándo no te ha fallado el olfato?

Generalmente cuando detecto que una persona es buena. No me suelo equivocar. De hecho, cuando puedo elegir entre trabajar con una buena persona, y un buen profesional, siempre me decanto por la primera.

Te sientes a gusto con…

Me siento muy a gusto con mi familia.

Con quién, o con qué, hay que tener mucho tacto…

Con cualquier persona: siempre hay que tener mucho tacto con la gente. La educación, el buen trato, son fundamentales. Y además, nos iría mucho mejor a todos si lo tuviéramos en cuenta.

El ciclo de la vid se renueva cada año de manera milagrosa. ¿Qué mantendrías intacto con el fluir del tiempo?

El amor, el cariño. Es lo que nos hace ser felices y vivir de una forma tranquila. El querer y el sentirnos queridos, ¡ojalá se pudiera renovar constantemente y mantener el amor que tienes y que te tienen! Es muy difícil. Lo que más me gusta, lo que más me apasiona de la vida, es el amor: lo que das y puedes darles.

Tu primer vino

Sí, me acuerdo. Me acuerdo perfectamente. Era un crío. Lo tomé, con permiso, porque no lo había probado nunca, y fue en un pueblo de La Rioja alavesa. Había ido con mi padre. Estaban sus amigos, los primos, la familia, probando los vinos de las barricas en una cooperativa. ¡Dale al chaval! Es muy pequeño, contestó mi padre. ¡Un poco no hace mal a nadie! Cogí el vaso de mi padre y tomé un sorbo. Esa fue la primera vez que probé el vino de una manera social, integrado en un círculo. Beber tiene dos posibilidades. La de estar disfrutando en soledad. Y otra, la parte de compartirlo, la conversación. A ojo de buen cubero, podría tener unos 15 años.

¿Cuál ha sido tu mejor trago?

(Suspira…) Creo que ser padre. Todavía lo estoy disfrutando, no he terminado. Me ha hecho vivir cosas que no sospechaba. Es un trago que continúa y que espero que se reproduzca de manera natural cuando tenga nietos. Es la regeneración que comentábamos antes en la vid. Ese trago de ver cómo la vida continúa, y cómo tú eres capaz de darla, de crearla, es una de las cosas más impresionantes y sorprendentes.

¿Y el peor?

Siempre la muerte, la despedida, esa parte oscura. Por un lado eres capaz de dar vida y por otro eres incapaz de detenerla cuando se va. La muerte de mi padre, hasta ahora, ha sido el momento más duro de mi vida.

La mejor compañía para brindar

Antes hablaba de la familia, a quien ya conoces. El mejor momento para brindar es con un desconocido que nos regale, con las palabras de quien no conoces, el oído y el paladar. Un brindis como descubrimiento.

Tu mejor añada

Cuando tuvimos la cosecha de nuestros hijos. El año 88 y el año 92.

¿Qué es para ti madurar/envejecer?

Lo mejor que le puede pasar uno. Que transcurra el tiempo y sentir que la vida te va dejando de todo: caricias, rasguños, algún que otro golpe…. pero te vas haciendo más sabio. Si algo merece la pena es el conocimiento y la capacidad de entender, de encajar, de dar, de interpretar la vida y a los demás.

Emocionar es muy complicado. Y habitual por otro lado. ¿Quién o qué te llega?

La sinceridad, la gente que es capaz de abrirse y de mostrarse como es. Estamos muy rodeados de disfraces, de mentiras, de máscaras. Nos parapetamos detrás de muchas cosas. Y cuando de repente descubres a alguien que se desnuda, y te cuenta, y es capaz de reconocer sus limitaciones, su incapacidad para muchas cosas, con la humildad necesaria y conveniente… eso siempre me emociona.

La bodega tiene, con el vino dormido, mucho de sueño. ¿Cuál es el tuyo?

A lo mejor es que estoy dormido siempre. (Se ríe). No sé si no vivo ya en un sueño. Mi sueño es continuar viviendo de esta manera. Tengo muchos, pero como sé que muchos son irrealizables por la magnitud de lo que representan, prefiero ni siquiera comentarlos… mi sueño es continuar viviendo de esta forma: sano, rodeado de gente a la que quiero, y que creo que me quieren; haciendo lo que me gusta; seguir cumpliendo años. ¡Virgencita que me quede como estoy, creo que estoy diciendo! Estoy viviendo una época buena que me gustaría que se prolongara.

Cuando recibiste el Premio Ondas (2013) por tu papel en Aida y cerraste el último capítulo como Chema, señalabas que no es fácil cerrar capítulos, pero que si se busca siempre salen piedras filosofales…

(Suelta una carcajada) ¡Eso dije! Si me preguntas de quien era esa frase, te diría ¡no tengo ni idea!

Se podría decir que este filósofo, payaso, actor, poeta y escritor, de nombre Pepe Viyuela, es un pensador de risa poética…

(Se ríe…) Es bonito, pero pienso que me queda grande. Soy una persona normal a la que le gusta mucho vivir. Y vivir conlleva pensar (pensamos poco), conversar, reflexionar, darle vueltas a las cosa, discutir. Eso ayuda mucho al pensamiento: compartir lo que tienes en la cabeza y escuchar lo que tienen que decirte. El sentido del humor viene solo, cuando reflexionas, cuando te fijas en lo que te rodea. Es un sentido que tenemos poco explotado, pero es muy humano. Sin él, probablemente, nos habríamos matado unos a otros. Dar la vuelta, ser capaz de reírte de lo que te pasa es lo que hace la vida más soportable y los sinsabores los puede llegar a convertir en caramelos. Esa es la sabiduría. Soy un tipo normal. Voy viviendo, cumpliendo años y, cada vez, sabiendo más de la vida.

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Licenciado en Filosofía, ¿qué te da que pensar?

Muchas cosas. ¿Pero por qué nos complicamos tanto la vida? ¿Por qué la gente se empeña, o nos empeñamos, en hacernos daño? ¿Por qué competir, en el peor de los sentidos, en lugar de colaborar? ¿Por qué nos empeñamos en destruir lo que hacen los demás para brillar con lo nuestro, cuando es mejor aportar? Somos muy destructivos y eso me da que pensar. La violencia está tan presente en nuestras vidas, en la guerra, en el día a día. ¿Por qué no se puede pasar un día sin violencia?

Una paradoja. Cómo referente del clown, ¿qué es lo que no te hace ninguna gracia?

La falta de respeto, el insulto gratuito, la falta de cordialidad. No me hace gracia que partamos de la idea de que no nos vamos a entender. Es más gracioso pensar que nos podemos reír de nosotros mismos, de nuestras intransigencias. El fanatismo, la intransigencia, la intolerancia, la falta de respeto, en definitiva.

Tu faceta solidaria la encontramos como miembro de Payasos sin Fronteras. ¿Dónde no te pones límites?

Me pongo límites en casi todo, salvo en las ganas de aprender, de saber, de conocer. No quiero tener miedo a saber cómo son las cosas, conocer lo que nos rodea por muy duro que pueda ser, como es el caso de la guerra o los conflictos.

Repasemos parte de tu filmografía. En tu faceta de actor teatral. ¿Qué no podría faltar en Tu Pisito?

El entusiasmo. La vocación. No podría faltar la disciplina, el rigor. La ilusión por vivir y por hacer teatro, cine. Tienes que estar muy vivo. No puedes ser un trozo de madera: tienes que tener todos los sentidos muy abiertos.

Tierra, dirigida por Julio Médem (1996). ¿Cuándo has murmurado “tierra, trágame”?

(Se ríe) ¡Lo he dicho muchas veces! En el escenario unas cuantas: cuando crees que algo va a tener mucha gracia y no tiene ninguna… En esa situación no tienes dónde esconderte, ante cientos, miles de ojos, puestos en ti. En esos casos me decía “tierra, trágame… esto, Pepe, no lo estás haciendo bien” .

El milagro de P. Tinto, dirigida por Javier Fesser (1998) ¿Ante qué te sigues asombrando?

Ante la capacidad de la gente para aguantar. Es asombroso porque a pesar de lo que se ríen de nosotros y nos machacan, ¡qué paciencia tiene la gente!, sobre todo con la clase política. Me asombra que seamos tan buena gente.

Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra, dirigida por Miguel Bardem (2008) ¿Quién es tu Mortadelo?

¿Mi Mortadelo? Qué sería, ¿el compañero que te hace la vida imposible y sin él no puedo vivir? Uf, no lo sé, no tengo respuesta. Quizá no tengo a nadie que por un lado me solucione la vida y por otro esté desando darle una patada.

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Escuela de seducción, dirigida por Javier Balaguer (2004). La pregunta es obvia…

Me seduce la inteligencia. Me gusta la gente rápida, con un cerebro bien amueblado, y con capacidad de resolver problemas. Intento que esa sea también mi arma de seducción: solucionarme la vida y llegar a los otros… Cuando no eres atractivo por fuera, tienes que serlo por dentro. En lugar de gastarte el dinero en cremas, tienes que invertir en libros, discos, viajes… en algo que te haga más interesante por dentro. ¡Adoro la inteligencia!

En 2003 publicaste el libro de poesía Bestiario del circo: el vientre de la carpa. Ganador de la Segunda Edición del Premio Internacional de Poesía Margarita Hierro 2007 con el poemario Y amarte sin saber, en 2008 llegó Las letras de tu nombre. 2009 salió de las sombras La luz en la memoria y, en 2010, publicaste tu último libro de poemas, Silenciario.

¿Qué te ha dejado sin palabras?

El dolor acaba con mi capacidad de respuesta. Tanto el propio, cuando sufro por algo, como cuando veo sufrir a otros. En el caso de los niños es el colmo, ahí no sé qué decir: me quedo sin palabras. Más aún, se me acaba la ilusión y el ánimo. Cuando el dolor es tan fuerte, no sé qué decir, ni qué hacer.

¿Ante qué o ante quién imaginas el más riguroso silencio?

Ante alguien que tiene algo importante que decir y a quien no merece la pena interrumpir. A lo largo de mi vida, ante mis abuelos, mis padres, he sentido que merecía la pena ser escuchados. A medida que te vas haciendo mayor eres menos capaz de hacerlo. Por eso cuando doy con alguien inteligente, me callo, porque no hay que enturbiar al sabio.

El Programa de Vivanco Kids transmite, con la vocación y el entusiasmo que comentabas, el legado de la cultura del vino, de forma lúdica y pedagógica, a los más pequeños y sus familias. Si de niño hubieses conocido a un tipo como Pepe Viyuela, ¿qué hubieras pensado?

(Piensa y duda…) Me cuesta mucho verme desde la infancia. No sé si hubiese querido ser así de mayor. Los niños, o bien se dejan fascinar por cosas que no son tan grandes, o no ven lo suficientemente claro a quién tienen delante, o tienen rayos X y perciben cuestiones que se nos pasan por alto a los demás. Si me hubiera visto por fuera, hubiese pensado que soy un tipo amable, con el que se puede estar a gusto. Y por dentro, hubiera pensado ¡qué tío tan complicado! (Se ríe). Habría que preguntarles a ellos. Y como preguntarme a mí de pequeño es imposible, creo que se va a quedar sin respuesta.

(Duda y prosigue) Creo que no hubiese querido ser como él.

¿Y si volvieras a la infancia?

Me gustaría volver sin conocimiento de lo que he sido. Por eso cuando dicen eso de tener 20 años con la experiencia de los 50 pienso, ¡es que entonces no tendrías esa edad! La edad no la determina el tiempo, sino lo que eres con el tiempo vivido. Lo hermoso de tener 20 años es vivir esa experiencia. ¿De qué sirve ser joven con mi edad? De nada. Si volviera atrás me gustaría resetear, reiniciar de nuevo la vida sin saber qué viene después. Eso es lo que la hace interesante: que te vaya sorprendiendo, encontrarte, ir aprendiendo. Pero no tener 15 como si tuvieras 60, ¡menudo rollo, sería insoportable!

Si volviera a nacer me gustaría ser otro. Vivir otra vida. A lo mejor ser mujer, mira por dónde: ver el mundo y vivir la vida desde ese lado, desde ese género. Lo que sí estaría muy bien es que cuando acabaran ambas existencias se sentaran esos dos seres, hombre y mujer, tras haber vivido lo mismo. Y que conversaran. Y que surgiera una tercera persona para escucharles y aprender.

Si fueras tú el entrevistador, ¿qué te preguntarías?

Me diría, ¡por qué no te callas!

Y, de nuevo, vuelve a reír con ganas, con esa risa franca que nos resulta tan familiar.

Si vosotros también queréis hacer alguna pregunta a Pepe Viyuela, sólo tenéis que publicar un tweet que incluya el hashtag #ManerasDeContar y el sábado le realizaremos algunas de las mejores preguntas durante la charla.

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