"Es difícil explicar sobre en un texto lo que es y lo que ofrece el Museo Vivanco de la Cultura del Vino, pero lo voy a intentar. En cualquier caso, creo que lo mejor es venir, verlo y sentirlo. Porque son 4.000 metros cuadrados y seis salas, una exterior, dedicadas a poner en valor la relación que ha tenido el hombre y el vino durante 8.000 años de historia. Todo con un único objetivo: educar, enseñar, divulgar e interactuar con el vino como elemento civilizador. Y todo realizado desde la experiencia, sensibilidad, respeto e innovación.
Cuando a finales de los 90 pensábamos en este proyecto, todos nos decían que estábamos locos. Hoy casi dos décadas después, este Museo es respetado como uno de los grandes iconos de la Cultura del Vino en el mundo. Y nos sentimos orgullosos por ello. Era una parte importante de nuestro sueño y por eso, cuando mi padre me encargó el desarrollo del proyecto, puse todo mi conocimiento y pasión en llevarlo a cabo.
El Museo lo inauguró el Rey Juan Carlos I en 2004 y trataba de ordenar y dar sentido a 40 años de coleccionismo de mi familia. En ese sentido, todas las piezas son originales y con una historia propia que las trajo hasta aquí. Este es un Museo de carácter universal. Otro punto muy importante. No nos hemos detenido en un lugar determinado; se recorre la historia de la Cultura del Vino desde sus primeros vestigios hasta hoy y sus diferentes manifestaciones por todo el globo. Otra de sus características principales es su carácter educativo e interactivo, con un gran apoyo audiovisual. Tenía claro que además de compartir nuestra pasión este Museo tenía que enseñar, mostrar por qué el vino ha estado siempre con el hombre y no podemos prescindir de él. Y teníamos que compartirlo con todo el Mundo. Por eso, adaptamos un Museo sin barreras arquitectónicas y con un suelo técnico e información en braille para los invidentes. Os invito a recorrer brevemente conmigo este lugar tan especial". - Santi Vivanco