100% Mazuelo.
1.564 botellas.
Vendimia manual en pequeñas cajas de diez kilogramos de capacidad. Enfriamiento en cámara de frío hasta que la temperatura de la uva alcance los 3 ºC. Doble selección de racimos y granos, con un suave despalillado y estrujado. Vinificación por separado de las parcelas El Castaño y Martinete. Encube por gravedad en tinos de madera de roble francés con ausencia de bombeos. Maceración en frío y fermentación durante 18 días con levaduras autóctonas. Descube por gravedad a barrica nueva de roble francés para realizar la fermentación maloláctica.
14 meses de estancia en barricas nuevas de roble francés de diferentes tonelerías, tostados y orígenes, sin trasiegos, permaneciendo con sus lías hasta su embotellado y realizándose batônnage periódicos durante los cuatro primeros meses. El vino se embotella sin filtrar ni clarificar por lo que pueden aparecer con el tiempo pequeñas precipitaciones de origen natural.
Nuestra botella está inspirada en una original del s. XVIII visitable en el Museo Vivanco de la Cultura del Vino.
Color púrpura, de capa alta, con un ribete granate que tinta la copa. Aromas intensos a fruta negra madura (moras), rojas (frambuesas), sotobosque, hierbas frescas, café, todo rodeado de un componente terroso y mineral. En boca es muy fresco, frutal, balsámico, con un tanino suave y un final largo, potente, complejo y persistente.
Cocidos, legumbres, carnes guisadas y todo tipo de carnes a la brasa.
Si la añada 2020 pasará a la historia por la pandemia y el reto que ésta supuso para la humanidad, 2021 será recordada por la última gran borrasca invernal que se recuerda: Filomena. Una nevada histórica entre el 6 y 9 de enero de 2021 que hidrató la tierra como hacía años que no se veía. La primavera volvió a ser muy húmeda, sobre todo en la zona del entorno de Agoncillo y Alberite, con más de 130 litros de precipitación de abril a mayo. Un verano de antaño, con un julio frío y seco, siguió retrasando el ciclo del viñedo, sumando un agosto de libro (calor y noches frescas) para conseguir unas fechas de vendimia de octubre, casi ya de otra época. El cuajado del mazuelo fue bajo e irregular, con rendimientos menores por hectárea, obteniendo una mayor concentración y madurez. Un mazuelo, de nuevo, histórico por su tremendo equilibro.