40% Garnacha Blanca, 30% Maturana Blanca, 20% Tempranillo Blanco y 10% Viura.
3.821 botellas.
Vendimia manual de cada una de las variedades en pequeñas cajas de diez kilogramos de capacidad. Enfriamiento en cámara de frío hasta que la temperatura de la uva alcance los 3 °C y selección de todos los racimos antes de su encube. Doble selección de racimos y encube. Cada variedad se elabora por separado. Tras una breve maceración de los racimos de uva entera en frío (entre 10-12 horas), únicamente el mosto lágrima obtenido fermenta, en un 80% en pequeños depósitos de acero inoxidable a una temperatura controlada (12 - 15 °C) para conservar toda la expresión varietal, y en un 20% en barricas de roble francés de 500 litros, nuevas y de segundo año.
El 80% del vino obtenido permanecen en contacto con sus lías en depósito de acero inoxidable durante 12 meses para preservar los aromas varietales frente a la oxidación y dotarlo de mayor armonía y untuosidad en boca. El resto, un 20%, permanece, también, en contacto con sus lías finas durante este mismo periodo de tiempo en barricas de roble francés de 500 litros (nuevas y de segundo año). Tras su crianza, se realiza el coupage y el embotellado de los vinos, para afinarse otros 24 meses más antes de su lanzamiento al mercado.
Nuestra botella está inspirada en una original del s. XVIII visitable en el Museo Vivanco de la Cultura del Vino.
Su color es verdoso, casi eléctrico, brillante, sin denotar en ningún momento sus casi tres años de crianza. La nariz te atropella, compleja, con tremendas notas minerales y a hidrocarburos, denotando su crianza sobre lías. Con el paso del tiempo aparece la fruta más escarchada, pero fresca y aún viva. La boca es toda una oportunidad de disfrute. Larga, densa, con una salinidad que habla casi de otros territorios. Un vino para disfrutar y que seguirá creciendo como el tiempo.
Mariscos, verduras, todo tipo de pescados, pero sobre todo los azules y grasos. Quesos, arroces…. Es un vino para disfrutar por copas en cualquier ocasión..
Colección Vivanco 4 Varietales Blanco de Guarda es un vino que nace de la inquietud de Rafael Vivanco acerca del tremendo potencial de las variedades autóctonas de Rioja para la elaboración de vinos blancos de guarda. Así, después de años de investigación se identificaron tres terruños de viñedo propio donde estas uvas riojanas encuentran su mejor expresión. Cuatro variedades, Garnacha Blanca, Maturana Blanca, Tempranillo Blanco y Viura, cultivadas de forma sostenible. Un coupage que por primera vez se elabora en nuestra tierra. Un vino único y pleno de matices nacido para crecer, fruto de una crianza sobre lías finas de más de 36 meses: nuestro Blanco de Guarda.
Hasta ahora, la mayoría de los vinos blancos riojanos destinados a largas crianzas se basaban en dos premisas fundamentales. Casi todos ellos, eran elaborados mayoritariamente a partir de la variedad Viura con pequeñas aportaciones de otras variedades minoritarias. Y, fundamentalmente, su crianza tenía lugar en barricas de roble americano y francés, con espacios prolongados en las mismas en busca de una mayor complejidad. Colección Vivanco 4 Varietales Blanco de Guarda supone un nuevo concepto dentro de estos vinos blancos nacidos para crecer con el tiempo. Primero, porque su alma es, por primera vez, un coupage de cuatro variedades cien por cien riojanas; por un lado, la Maturana Blanca y el Tempranillo blanco, exclusivas de esta DO, y, por otro, la Garnacha Blanca y la Viura, uvas perfectamente adaptadas durante siglos al territorio de esta región. Y, en segundo lugar, por el concepto de crianza: el 80% del vino ha sido criado sobre lías finas en depósito de acero inoxidable durante más de 12 meses; el resto, el 20%, ha permanecido en las mismas condiciones en barricas de 500 litros de roble francés (nuevo en un 50%) durante el mismo periodo de tiempo. El resultado, un vino construido desde el máximo respeto a los terruños de procedencia y a sus variedades. Un fiel reflejo del nuevo paisaje de los blancos riojanos.